Windscale, Inglaterra (1957) |
En este caso se trata de nuevo de una instalación con fines militares. Y cómo no, su objetivo era el de producir plutonio (Pu) para la fabricación de bombas atómicas y también para su uso en submarinos nucleares.
Esta planta a diferencia de la de Chalk River se refrigeraba por aire con un moderador de grafito.
El día del accidente los ingenieros junto a los demás operarios de la central trabajaban para eliminar el efecto Wigner. Este efecto descubierto por Eugene Wigner causa el sobrecalentamiento del grafito.
El problema es que cada ciclo para evitar el efecto Wigner necesitaba una mayor temperatura. Sin duda, debido a un análisis incorrecto del proceso. De modo que se acumulaban formaciones cristalinas causadas por el mismo.
Se puso el reactor en baja carga y se cerro la ventilación. Al calentarse el grafito moderador la energía del efecto Wigner no desapareció. Así que los operadores subieron la potencia añadiendo calor y el grafito entro en ignición.
Cuatro días después se detecto radioactividad en las instalaciones y en un primer momento se pensó que se trataba de la rotura de una barra de combustible. Los operarios al abrir el frontal del reactor comprobaron que una parte del combustible estaba ardiendo. A día siguiente se apagó el mencionado combustible por inundación del núcleo.
Lógicamente, el daño ya estaba hecho. Se lanzaron a la atmósfera Yodo (I-131) y demás elementos radioactivos. Se calcula que 740 mil millones de becquerels. Suficiente para contaminar toda Inglaterra.
La noticia no llegó a los medios. Se mintió a la población y, como medida, se prohibió la venta de leche en 500 km² alegando otras razones sin tomar medidas adicionales.
El reactor fue enterrado en hormigón. Actualmente la instalación sigue en uso aunque con un nombre distinto Sellafield y en parte en manos de privados.
¿Cuánta gente murió de cáncer por este accidente? ¿Quién debió ir a la cárcel por esto? Son preguntas que aún hoy ni tienen respuesta ni se han formulado en los lugares que correspondería. Pero el negocio de la muerte continúa. Y los políticos siguen jugando con nuestro futuro y claro está con el suyo propio.
Aquí les dejo otro enlace con info adicional sobre el efecto Wigner.
No hay comentarios:
Publicar un comentario